Tenemos una nueva adicción gastronómica que descubriros (sí, otra más), porque no podemos parar de pensar en unos pequeños bollos japoneses rellenos crema que venden en el puesto 42 del Mercado de Antón Martín: los shu cream de Hanabusa.
Es posible que estemos desarrollando cierto síndrome de abstinencia por Japón, porque últimamente llevamos unos cuantos posts del estilo. Que si un ramen para hacer en casa, bikinis con pan de Hokkaido y ahora unos bollos parecidos a los petit choux franceses o los profiteroles, pero con las singularidades y la delicadeza de la repostería japonesa.
Estos bocados de crema se elaboran a partir de la pasta choux francesa, la misma que se usa para hacer profiteroles o éclairs. De hecho, de ahí viene su nombre, shu cream, aunque también se los conoce como Japanese cream puffs. Es una masa ligera, dulce y con mucho aire en su interior para poder rellenarlos de crema pastelera, aunque también existen miles de variantes de rellenos. A partir de ahí han ido evolucionando: algunos se rellenan con manga pastelera y otros se cortan por la mitad como si de un sándwich de crema se trataran; algunos mantienen esa ligereza de la masa choux, mientras que otros añaden otra capa más crujiente. En cualquier caso, su popularidad en Japón es tal que los venden por todas partes, desde en pastelerías especializadas hasta en los konbinis o tiendas de conveniencia, y son uno de los dulces favoritos de los más pequeños y no tan pequeños.
En Madrid los podemos encontrar en Hanabusa, una pastelería japonesa en el Mercado de Antón Martín que nace de la mano del restaurante Sublime Tokyo, que ya conoceréis por sus riquísimos okonomiyakis (de los que os hablamos en nuestra ruta japonesa). La idea era dar un espacio propio a los dulces japoneses, así que aparte de los shu cream encontraréis también mochis, dorayakis o tarta de queso japonesa de yuzu. Y mucho ojo, porque este mercado está cambiando a pasos agigantados con la llegada de nuevos puestos como Asian Army, Doppelgänger, o Tornasol, entre otros, creando un pequeño paraíso gastronómico en el centro de Madrid.
Pero volviendo a Hanabusa, allí elaboran los shu cream en pequeñas tandas a lo largo del día. La pasta choux la recubren con una masa de galleta hecha con azúcar, harina y mantequilla, muy similar a la que se utiliza en el melonpan, y eso le da un punto muy crujiente al exterior, creando además un contraste perfecto con la delicadeza y suavidad del relleno, ya sea crema pastelera, chocolate o matcha.
Después del primer bocado tendréis claro que querréis repetir. Las tres cremas son una maravilla, muy ligeras pero con mucho sabor, y encajan a la perfección con el toque más dulce de la galleta que los recubre. Os dirán al comprarlos que es recomendable guardar los shu cream en la nevera para que no se estropee la crema, pero si sois como nosotros os avisamos de que os los habréis terminado nada más salir del mercado.
