Llevamos desde que volvimos de Seúl queriendo hacer esta ruta, porque desde que nos salvaron allí la vida en plena ola de calor nos propusimos buscar en Madrid los mejores fideos fríos para que nos ayudasen a aguantar los largos meses del verano sin morir en el intento. Así que os traemos una buena variedad de fideos fríos, con recetas coreanas, japonesas y chinas, con o sin caldo, y todos ellos perfectos para refrescaros y haceros soportar mejor el calor, porque pocas cosas reconfortan el cuerpo en verano como un buen bol de fideos fríos.
Comenzamos la ruta con la elegancia y delicadeza de Yakiniku Rikyu, un restaurante japonés con influencias coreanas al que fuimos el año pasado para probar su menú del día. Pero en verano mejor pedirse alguno de los dos boles de fideos fríos reimen. Estos fideos son una evolución de los fideos naengmyeon de Corea del Norte, pero gracias a la inmigración coreana hacia la zona norte de Japón, el plato ha evolucionado tanto en ingredientes como elaboración y nombre, pasando de ser conocidos como naengmyeon a llamarse reimen. En Yakiniku Rikyu cuentan con dos opciones de estos fideos: reimen (12€), con caldo de vinagre de arroz, carne, huevo duro, manzana laminada y kimchi, y tantan reimen (13,50€), con sopa de sésamo blanco, pepino y carne picada.
Damos el salto hasta Plaza España para entrar a Wang Wang, un restaurante chino (de los de verdad) donde el plato por excelencia en verano son los fideos fríos estilo Shaanxi (4,50€), un tipo de fideos fríos liángpí (que significa piel fría por la forma y apariencia que tienen) y que vienen con pepino en tiras, gluten de harina solidificado y un caldo que lleva vinagre, aceite de chile y ajo. Su sabor es toda una explosión en la boca por la combinación del picante, el punto frío de los fideos y el toque avinagrado.
A escasos metros de Gran Vía se encuentra Maru, un restaurante coreano conocido por su barbacoa coreana pero que además tiene una amplia carta de platos típicos, entre los que se encuentran los fideos fríos con caldo kimchi me li (10,50€). Vienen servidos en un gran bol de sopa fría de kimchi y vinagre, acompañados de pepino en tiras, huevo duro, tiras de ternera y fideos sōmen. Eso sí, aunque lleve kimchi, el picante está adaptado al paladar español, por lo que es bastante suave, pero siempre podéis pedirles que le pongan un poco más de fuego.
El templo del ramen madrileño ofrece en los meses de verano los fideos veraniegos por excelencia en Japón, los hiyashi chuka (15€). Se trata de un bol de fideos fríos sin caldo, aliñados con aceite de chile y acompañados de salchicha cantonesa, anacardos garrapiñados con curry, berros laminados y huevo cocido. Después de comerlos os dará igual que en la calle haga cuarenta grados.
Ramen Kagura es probablemente el restaurante especializado en ramen con más fama de Madrid, no hay más que ver las enormes colas que hay siempre en sus puertas para comprobarlo. Entre los meses de abril y septiembre su carta cuenta con dos opciones de ramen frío para refrescarse: hiyashi chuka, del que os hablamos en la parada anterior (aunque con unos ingredientes y una elaboración muy distintos), y el niku ramen (7,80€ el de 200gr y 9,80€ el de 400gr). El niku ramen es un bol de ramen frío con panceta laminada, huevo bochado y verduras que viene acompañado, por separado, con una jarra de salsa que elaboran especialmente para este ramen con salsa de soja, caldo de pescado y aceite casero rayu para aportar el punto picante.
Concluimos la ruta en nuestra querida Arganzuela, en el coreano más auténtico que hemos probado en Madrid, y no es porque lo digamos nosotros, si no por la amplia clientela coreana que frecuenta el restaurante. Los últimos fideos de la ruta son los mul naengmyeon (11,80€). Se tratan de de un enorme cuenco de fideos fríos de batata en caldo de carne con trozos de hielo flotando en él, pepino y huevo duro. Os lo servirán junto a un buen par de tijeras para que podáis cortar un poco los fideos y comerlos con facilidad, pues son larguísimos.