Que la carta de comida de Hanso Café —con sus riquísimos bagels, tostas y sus impresionantes gofres— siempre ha sido una de las mejores entre las cafeterías de especialidad de Madrid es algo que defenderemos hasta la muerte. Pero es que desde que volvieron a abrir sus puertas tras el confinamiento han sido capaces de superarse a sí mismos y han introducido una nueva maravilla: el pan de Hokkaido.
¿Que qué es el pan de Hokkaido? También llamado pan de leche japonés o shokupan, seguro que alguna vez os habréis cruzado con alguna foto suya en Instagram o en algún blog, pues últimamente no deja de aparecer por internet. Se trata de un pan similar al brioche, pero con una miga que parece seda, es dulcecillo y con una finísima corteza. Para hacerlo se utiliza la técnica yudane o tangzhong; la primera originaria de Japón y la segunda una adaptación de esta más extendida por toda Asia. Aunque se diferencian en las proporciones de ingredientes y en algunos pasos de la elaboración, básicamente consiste en hacer primero una mezcla de agua caliente, harina y, en este caso, leche. El resultado es una mezcla espesa que se deja enfriar antes de añadirla al resto de ingredientes del pan y empezar a amasar, y que conseguirá darle esa esponjosidad y suavidad que lo caracteriza.
Pero volvamos a Malasaña y a Hanso Café, donde preparan el pan de Hokkaido para servirlo de dos maneras:
La primera es en forma de un esponjosísimo bikini con huevo revuelto, queso y jamón cocido, pavo o bacon. Las dos rebanadas bien gruesas del pan de Hokkaido tostado encajan a la perfección con la suavidad del huevo revuelto, haciendo que todos los ingredientes se fundan muy delicadamente en la boca.
La segunda es una French toast con setas al miso y huevo pochado. Lo bueno del pan de Hokkaido es que, al ser tan esponjoso, absorbe el sabor de cualquier cosa que le pongas encima, de manera que se impregna casi por completo del de las setas y del huevo al cortarlo, dando lugar a un maravilloso bocado. Eso sí, os avisamos de que llena bastante, pero compartirlo o no ya es cosa vuestra.