¿Cuántos botes de salsas, condimentos y cosas raras tenéis en casa y que solo habéis usado una vez? Lo sabemos, da mucha rabia tener que comprar ingredientes para hacer ciertos platos, ponerle dos cucharadas con toda la ilusión del mundo y luego dejarlo ahí cogiendo polvo hasta que se fosiliza porque ya no sabemos muy bien qué hacer con él. Pero aquí os traemos un condimento de la cocina japonesa que sirve para todo y que es puro umami. Os hablamos del mirin, una de las piedras angulares de la cocina japonesa y que dará el punto aromático a vuestros platos.
El mirin es uno de los ingredientes base para muchísimos platos y salsas japonesas (hola, teriyaki), ya que aporta un punto muy sutil de dulzor a los platos que contrasta con los ingredientes salados. Pero fuera de la gastronomía nipona también le podéis dar muchos usos, desde aportarle un puntito dulce a un caldo, usarlo para glasear el pescado a la brasa (y ya de paso ocultar el olor que deja) o incluso hacer que vuestras hamburguesas sean todavía más jugosas y sabrosas.
¿Pero sabéis qué es exactamente el mirin y los tipos de mirin que hay? Se trata de un vino de arroz con una consistencia y apariencia como del almíbar, y que se elabora a partir de la fermentación de arroz glutinoso, koji y shochu durante meses o incluso años (en su versión más pura).
Ahora bien, como en todo en esta vida, hay diferentes tipos de mirin. Al de más calidad se le conoce como hon mirin o mirin puro, y lo podéis distinguir porque apenas lleva cuatro ingredientes y tiene un 14% de alcohol (su precio, claro, también es más caro). Luego tenemos la versión más asequible y que es la que veremos en el supermercado asiático: el mirin fu. Su bajo precio se debe a que lo elaboran con azúcar y saborizantes para así evitar el lento proceso de fermentación natural, y de esta forma también consiguen hacer un mirin con menos de un 1% de alcohol
Si necesitáis un poco de inspiración para usarlo, en la web mirinsakecookin.es hay unas cuantas recetas con muy buena pinta, aunque nosotros en el momento de escribir este post teníamos un antojo bastante definido: katsudon, un popular plato japonés muy fácil de hacer y que preparamos siguiendo paso a paso la receta de Japonismo.
El katsudon es un plato de esos que reconfortan el cuerpo, el alma y todo lo que hay entre medias hasta tal punto de que en Japón, que son muy supersticiosos, lo consideran un plato que aporta fuerza ante un acontecimiento importante. Básicamente es un bol de arroz cubierto por una especie de tortilla poco hecha que se prepara con cebolla, huevo, sake, dashi, salsa de soja y, cómo no, mirin, y sobre la que se pone el tonkatsu cortado en tiras (chuleta o lomo de cerdo empanado con harina y panko).
Después de todo esto, ¿quién más se apunta a cocinar con mirin en casa?