Probablemente lo hayáis visto en las cartas de las cafeterías, o incluso en algún supermercado, ya que el cold brew es la forma perfecta de tomarse un buen café frío en cuanto llega el calor. Y para aquellos que son un poco vaguetes o que prefieren tomarlo en el trabajo o, como le pasa muchas veces a Rodri, que llega demasiado tarde a la cafetería para pedirlo porque ya se ha acabado, tenemos la recomendación ideal: Fred Cold Brew.
Pero antes de nada, ¿qué es el cold brew? Os lo explicamos de manera sencilla: es café infusionado en frío. Primero se muele el café (una molienda gruesa), se infusiona en agua a temperatura ambiente durante 15-24 horas (si lo dejáis poco tiempo será más ligero, mientras que cuanto más se infusione el resultado será más complejo y menos amargo), se filtra, se deja enfriar en el frigorífico y voilà. Con esta forma de preparar el café obtendréis un resultado menos ácido y más dulce que cuando se infusiona en agua caliente, ideal para tomar con leche, tónica o como os apetezca.
Ese es el método casero, que parece sencillo pero que requiere de tiempo y de un buen café, y por eso precisamente os recomendamos el de Fred (que significa frío en catalán), pues está hecho con café de especialidad, sin azúcar, sin colorantes y en Barcelona. Lo venden en dos formatos: una botella pequeña de 60ml (a elegir entre cold brew y cold brew americano, un poco más suave) del que salen dos cafés y que es el formato perfecto para llevarte al trabajo, y otra más grande, de medio litro, y que da para unos 16 cafés.
Y para quien prefiera el té en lugar del café, como Bego, tenemos otra buena noticia porque también preparan té helado, que al igual que el café lo infusionan lentamente. Además ofrecen tres opciones: chai orgánico, té verde con menta y rooibos con vainilla.
[Actualización abril 2019]
El pasado 24 de marzo, y tras 4 años de vida, Fred Cold Brew cerró su línea de producción.