¿A quién no le gusta ponerle un poco de picante a la comida? Ese toque de fuego con el que sudar, ponerse un poco colorado y, si se va de las manos, ir corriendo a por un vaso de leche fría para apagar el infierno. A nosotros nos flipa esa sensación y una de nuestras salsas picantes favoritas es la sriracha, y cuando decimos favorita significa que se lo podemos poner a todo (bueno, o a casi todo). Aprovechando que hemos estado en casa confinados sin poder salir a comer nos lanzamos a comprar las salsas de ESPICY, para ver si encontrábamos ese sabor tan especial que le da esta salsa a cualquier plato. ¡Y vaya si lo encontramos! Para colmo, descubrimos que también había ketchup, mayonesa y miel con ese punto justo de picante para no anestesiar el paladar y dar un sabor adictivo.
Ahora bien, para los que no conocen muy bien qué es eso de la sriracha vamos a hacer un breve repaso. Se trata de una salsa que pica como el demonio y con un ligero dulzor que procede Tailandia, aunque la receta y el sabor que solemos probar en occidente varía bastante de la original pues está ligeramente adaptada a nuestro paladar. Os resultará muy familiar si habéis viajado por la zona, si os gustan los restaurantes especializados en esta cocina o que tengan condimentos picantes para sus platos.
Su elaboración es bastante sencilla en lo que a ingredientes se refiere, ya que apenas suele llevar unos cinco ingredientes como chile, vinagre, ajo, azúcar y sal, pero existen tantas recetas y variaciones que es imposible encontrar dos recetas iguales. La clave a la hora de prepararla es encontrar el equilibrio entre las cantidades para llegar al punto de picante perfecto (no hay nada peor que una salsa ultra picante que enmascara el sabor de cualquier comida) y conseguir una textura cremosa y suave como la que han logrado en ESPICY. Luego está el tema de los usos: en pizzas, pastas, sandwiches, hamburguesas, perritos calientes, tacos, tostas, palomitas, cócteles… vamos, que su versatilidad es tal que hasta os podéis bañar en ella.
Y como la sriracha tiene tantos usos, en ESPICY han sabido jugar con ella, creando varias salsas aptas para todos los gustos:
ESPICY Hot Sauce: la sriracha madre, hecha con jalapeños rojos, zanahoria, azúcar, naranja, ajo y vinagre. Con un sabor intenso que nos encanta para darle vida cualquier plato (sobre una tosta con aguacate es maravilloso). Además es vegana, sin gluten y sin colorantes ni aditivos.
ESPICY Mayo: cremosa mayonesa mezclada con sriracha y que para nosotros es droga. En los sandwiches es una maravilla por el ligero toque picante que le aporta. Tiene tanto éxito que recientemente han sacado un formato de casi 1L.
ESPICY Ketchup: ketchup con sriracha para alegrarnos el paladar. Aquí su sabor se acerca más al del tomate por razones más que obvias, y viene perfecta para esos perritos calientes y hamburguesas en casa. Esta salsa también es vegana y sin gluten.
ESPICY Honey: ¿miel con sriracha? Pues sí. Esta salsa espesa y picante os hará gozarlo con unas alitas de pollo, como aliño en las ensaladas o en pizzas con queso de cabra. La elaboran con miel natural y está libre de gluten.
Ahora que ya conocéis mejor estas salsas, ¿qué tal si preparamos un riquísimo sandwich de huevo japonés? Os dejamos la receta de nuestro particular tamago sando con ESPICY Mayo.