Bañarse en La Concha o surfear en Zurriola, subir al monte Urgull para disfrutar de las vistas o perderse por las callejuelas de la parte vieja, visitar el Chillida Leku o irse de picnic al parque de Cristina Enea. San Sebastián se disfruta de mil maneras, y nosotros estuvimos durante el verano comiéndonos la ciudad para traeros esta peculiar guía. Y decimos peculiar porque a pesar de la pandemia, hemos conseguido hacer una guía diferente a las que estaréis acostumbrados a leer, que no va de irse de pintxos por la parte vieja, pero que reúne los mejores sitios para comer en San Sebastián.
1. Desayunos y meriendas
En una de las capitales mundiales de la gastronomía no pueden faltar los buenos sabores dulces: repostería como el pastel vasco, helados artesanos, la tarta de queso más adorada e imitada del mundo y los desayunos con los que cargarse de energía cada mañana.
Hablar de pan donostiarra es hablar de The Loaf. Lo que empezó como una panadería pop-up en 2012 se ha convertido en toda una referencia del pan a nivel local y nacional. Tienen varios locales repartidos por la ciudad, casi todos pensados como pequeños despachos de pan (cosa que viene genial para llevarse algo a la playa o irse de picnic), a excepción del que tienen frente a la playa de la Zurriola, que cuenta con mesas y terraza para desayunar, merendar o comer tranquilamente. Encontraréis hogazas de masa madre, sandwiches, galletas, bizcochos… lo difícil es elegir con qué quedarse.
Con más de medio siglo de historia y una labrada fama a sus espaldas, en esta pastelería de estilo francés encontraréis siempre el dulce perfecto para desayunar o merendar. Petisús de nata, tartaletas de fresas y nata, bombones o el irresistible pastel vasco. Y por si esto os parece poco, al lado de la pastelería tienen su propia heladería donde refrescarse en los calurosos días de verano con sus helados artesanos donde también incluyen opciones sin gluten, veganas y sin lactosa.
En el interior de una de las preciosas casas a orillas del Urumea se encuentra Kafe Botanika, tranquilo rincón donde desayunar sus tostas, huevos, batidos y boles en su terraza-jardín llena de plantas. Y aunque os hablemos solo del desayuno, también podréis comer, tomaros una cerveza picoteando algo, ir de brunch o cenar los platos de su variada carta, en la que además hay muchas opciones vegetarianas.
Casi como un laboratorio de helado, en Papperino Il Gelato se denominan artesanos de la felicidad, y tras probarlos no se lo vamos a negar. De la mano de Yon Gallardo (la mente detrás de estas creaciones y tercera generación de una familia de heladeros italianos), en esta heladería del barrio de Gros juegan con las elaboraciones, con técnicas de cocción a baja temperatura, nitrógeno líquido, al vacío… sin olvidar los valores tradicionales del helado italiano. En resumen, helados artesanos, con ingredientes naturales (con opciones para celíacos, veganos e intolerantes a la lactosa), muchísimo sabor y textura cremosa.
Si sois unos amantes del café que no toleran el torrefacto, Old Town Coffee es vuestra cafetería, actualmente la única cafetería de especialidad de San Sebastián tras el cierre de Sakona. Situada al lado de la catedral, es el sitio al que ir cuando se quiere desayunar o merendar tostas, bagels, boles de yogurt con frutas acompañado de una buena taza de café, el cual además tuestan ellos mismos.
Aquí tenemos al causante del boom de las tartas de queso en Madrid y, para qué engañarnos, también en medio mundo. Imitada en todas partes, sentimos la curiosidad de probar la que muchos consideran la mejor tarta de queso del mundo. Ahora bien, ¿está a la altura de las expectativas? ¿Realmente se puede adorar a una tarta de queso cual deidad? Sí. Tostada por fuera, casi líquida por dentro, como si se tratase de un flan suave o un budin poco hecho, sin base de galleta ni ninguna mermelada que evite disfrutar de su verdadero sabor. Un consejo: la cola que se forma es casi tan legendaria como su tarta, por lo que es mejor estar allí unos minutos antes de que abran.
Quizás os suene de ver esta heladería en todas las guías de Zarautz o en las listas de las mejores heladerías de España, y afortunadamente también tienen una sede en pleno barrio viejo de San Sebastián para comprobar por qué son tan codiciados. ¿El motivo de su éxito? Ingredientes naturales y de temporada, elaboración artesana, sabores originales aptos también para celíacos o intolerantes a la lactosa, y mucho mimo y cuidado a la hora de conservarlo y servirlo con espátula, en lugar del tradicional saca bolas, para cuidar mejor la textura.
2. Comidas y cenas
Antes de entrar a saco con la comida os avisamos: aquí no encontrareis recomendaciones para comer pintxos por Donostia. Teníamos muchas ganas de hacer una pequeña ruta por el casco viejo, pero la pandemia y la prudencia nos ha llevado a descubrir otra forma de disfrutar al máximo de todo lo que ofrece la gastronomía donostiarra, sobre todo de lo que quizá no aparece tanto en las guías más típicas.
Parada OBLIGATORIA en San Sebastian. Topa Sukalderia es un restaurante de esos que llaman la atención por lo arriesgado y curioso de su propuesta, donde celebrar a través de platos, recetas y cócteles los siglos de historia que unen a vascos y latinoamericanos. Un restaurante del barrio de Gros divertido, muy asequible y con la firma del mismísimo Andoni Aduriz (Mugaritz) donde degustar platazos como el ceviche de bonito, tacocalos (los al pastor vasco son una locura) y elaboraciones en parrilla de carbón como el txoripan de txistorra o la hamburguesa MacOndo, un homenaje a Gabriel Garcia Márquez y con un guiño a la cadena de hamburguesas más famosa del mundo. En definitiva, y como os decíamos al principio, parada obligatoria.
[Descubre más sobre Topa Sukaldería]
Aquí va una de esas propuestas que aportan aire fresco al paladar, y que conocimos gracias a un chivatazo de nuestros amigos de Paprika. En Casa 887 encontraréis una cocina fusión vasca con otras cocinas del mundo, y especialmente la asiática. La carta juega con los productos de temporada y tiene la ventaja de que muchos de sus platos se pueden pedir en media ración o completa, de esta forma no os quedaréis con las ganas de probar nada. Para acompañar su cocina cuentan con una variada carta de vinos, donde también hay referencias de vinos naturales, ecológicos y biodinámicos.
Seguimos con más cocina fusión, y en Aho-mihi nos encontramos el punto de encuentro entre la cocina catalana y los productos locales donostiarras. Se sitúa en el barrio de Egia, alejado del bullicio del centro, y en un local muy acogedor, que hace sentirse como en casa e invita a pasar horas y horas disfrutando de la comida. Su carta va directa al grano, con platos sencillos pero que no dejan de tener algún giro que los hace diferentes. Y hay que destacar también la carta de vinos, con una selección muy cuidada y que además ordenan por estados de ánimo y lo atrevido (o no) que sea cada uno.
La carta de Matalauva se rige en torno a una misma característica que a la vez supone un reto: el local no tiene salida de humos. Y el chef Borja García Argüelles ha conseguido convertir esto casi en una seña de identidad, apostando por elaboraciones que pasan por técnicas como la cocción a baja temperatura, fermentados o salazones. Platos sencillos y con pocos ingredientes, pero que potencian todos su sabor y que en muchos casos sorprenden por lo inesperado y son perfectos para ir pidiendo varios platillos para compartir y acompañarlos de un vino o una cerveza.
[Descubre más sobre Bar Matalauva]
Bendito sea el día que descubrimos Elkano1. Fuimos a esta quesería con la idea de llevarnos alguno de sus más de cincuenta quesos de pequeños productores de la zona, nacionales e internacionales para después pasar por The Loaf a por pan y así montarnos un buen picnic en el Parque de Cristina Enea (planazo, por cierto). Y así fue como conocimos el Ondare, el queso estrella de Elkano1, producido por ellos mismos con leche de oveja. Su sabor es suave y la textura es de esas cremosas que puedes extender amablemente sobre el pan. Y, aunque el Ondare nos robara el corazón, los otros dos quesos que nos recomendaron para el picnic fueron también todo un acierto. En definitiva, el paraíso del queso en Donostia.
Tras un día de surf en Zurriola o si simplemente queréis un crujiente sandwich a la plancha rebosante de queso de ese que se estira sin parar, Muy Top es vuestro sitio. Esta sandwichería especializada en grilled cheese (con diferentes tipos de rellenos) y acompañados de salsa de tomate para untar en ella es foodporn en estado puro.
La fama del bocadillo de tortilla de Juantxo Taberna es de sobra conocida, y por supuesto también merecidísima. Un bocadillo sencillo, rico, contundente y a un precio superrazonable, perfecto para llevar a comer a la playa de La Concha o a Zurriola, o simplemente para tomar tranquilamente en alguna plaza en un banco a la sombra (porque encontrar sitio tanto en su terraza como en el interior es prácticamente imposible). Tienen también otras opciones, como el bocadillo de lomo, pimientos y queso o el de calamares, y pintxos, pero nosotros aquí nos mantenemos fieles a la tradición y no hay viaje a San Sebastián sin uno de sus bocadillos de tortilla.