¿No os flipan los donuts? Redonditos, esponjosos y rellenos de todo tipo de sabores. Allá donde vamos siempre buscamos algún lugar en que los hagan. Pero ojito, que no hablamos del donut industrial con una miga ladrillera y cargados de químicos que se vende en los supermercados. Nos referimos a los buenos de verdad, los que se cocinan y comen en el mismo día, los caseros, esponjosos, con muchos toppings e infinidad de rellenos perfectamente pensados para lograr el mejor sabor. Y en Madrid tenemos un sitio en el distrito de Arganzuela donde casi podréis besar el cielo, porque los donuts de Bite Me se han convertido en los mejores donuts de la ciudad, y además son veganos.
Perfectos para desayunar, merendar o comer, que aquí no juzgamos a nadie, estas masas fritas con forma redondeada aceptan todo tipo de rellenos, frostings, toppings y fusiones. El tema del origen lo dejamos para otro día, porque es un poco confuso y muchos países se atribuyen su creación hace cientos de años, aunque todas las pistas parecen apuntar a los olykoeks holandeses, unos bollos fritos típicos de las fechas navideñas. Actualmente los podemos encontrar elaborados de muy distintas maneras, y los hay que usan una masa de patata o de croissant (los conocidos como cronuts), con o sin agujero, dulces y salados. Versatilidad pura donde el único límite lo pone la destreza y la creatividad de la cocina.
Y, como os decimos, ahora mismo los mejores donuts de Madrid son los de Bite Me, o como ellos los llaman: halos. Y no es por que sean un bocado divino, que también, sino por temas legales y de registro de marca (culpa de Panrico y Bimbo es que encontremos doughnuts, rosquillas, loops, halos, berlinas, etc. en los escaparates de muchas tiendas especializadas de España).
En Bite Me los preparan artesanalmente cada mañana, con ingredientes frescos, como las frutas de temporada que usan para hacer las mermeladas caseras con las que los rellenan, y usando leche vegetal y margarina en sustitución de productos procedentes de animales. Y os preguntaréis: ¿que sean veganos afecta al sabor o hace que sean menos gochos? ¡Para nada! Os estaréis comiendo una irresistible bomba calórica como dios manda con muchísimo sabor. Y nos vamos a centrar en el sabor, porque muchas veces nos ha pasado que probando donuts de ciertos sabores apenas se notaban tímidamente por ahí escondidos, mientras que en Bite Me son auténticos maestros capaces de hacer que un halo de chai latte sepa realmente a chai latte.
Parece absurdo destacar algo así, pero conseguir unos sabores tan auténticos y equilibrados no es tarea fácil. Y quien dice chai latte dice lemon pie, fresas con cava, chocolate con pistacho, carrot cake… y así podríamos seguir nombrando sabores como hacen tras la barra Joel y Sandra, los creadores de estas delicias, cada vez que vamos mientras nos relamemos en nuestro interior intentando decidir cuáles pedir. Resulta abrumador pensar que cada semana pueden hacer entre ocho y diez sabores diferentes, con propuestas clásicas, vanguardistas y otras que son auténticas declaraciones de guerra como el halo de pizza con piña.
En resumen, si queréis probar los mejores donuts, halos, doughnuts, rosquillas, donas, o como queráis llamarlo, de Madrid tendréis que ir hasta Bite Me. Os pondréis finos, pero siempre quedará Madrid Río o Matadero para dar una vuelta y bajarlos.