*Restaurante cerrado.
Amantes de la cocina japonesa, del cerveceo, del tapeo y del ramen, dejad lo que estéis haciendo porque Killer Sobo (C/ Redondilla, 7) acaba de abrir sus puertas. Una tasca japocastiza dispuesta a poner patas arriba el tapeo en el barrio de La Latina, y el ramen en Madrid.
Killer Sobo se trata de una propuesta informal y divertida, con una decoración que transmite la personalidad de su cocina donde se mezclan mesas para comer o cenar tranquilamente, con la barra donde empezar tomando unas cervezas y terminar lanzándose a por un bol de ramen. Aunque si os apetece una comilona más relajada, al fondo cuentan con un comedor en el que pasar horas y horas entre fideos, tapas y baos que llegan por la cinta transportadora.
Un recorrido por Killer Sobo
En un espacio que se presenta como una tasca japocastiza, la propuesta que cabe esperar parece bastante evidente: platos con una base japonesa (con algún que otro guiño a otras regiones de Asia), pero con ingredientes y elaboraciones de aquí, que recuerdan a los guisos y caldos de nuestras abuelas (al fin y al cabo, «sobo» significa abuela en japonés). El resultado final es una carta que se adapta a cualquier momento, ya sea para tomarse unas cervezas por La Latina junto a una una tapa divertida o, si vuestros estómagos rugen, un contundente ramen.
Actualmente la carta es bastante sencilla y están experimentando con algunos platos (por ejemplo, están trabajando en un ramen vegetariano), pero la idea es que vaya evolucionando con productos de temporada, por lo que habrá que estar atentos e ir cada cierto tiempo para ver con qué novedades nos sorprenden. Pero, a nivel general, encontraréis platos para picotear, como el torrezno melosón con chilli casero o el bao de rabo de toro, y diferentes opciones de ramen, donde cuentan con una opción de ramen de cocido que huele que alimenta y que sin duda va a ser nuestro objetivo cuando volvamos. Un consejo: cuando vayáis preguntad por sus fuera de carta o, como ellos los llaman, los labs.
Korokke de patatas revolconas
Si buscáis una versión japonesa de las croquetas, la encontraréis en el korokke. Rellenas de una melosa mezcla de patatas revolconas con salsa tonkatsu y cubiertas de una crujiente capa de panko, las acompañan con mayonesa de lima e hipnóticos copos de bonito. Un vicio de entrante con un toque picante.
Bao-ssäm de rabo de toro
Seguimos con un plato japocastizo (o coreocastizo en caso de pedirlo al estilo coreano, es decir, envuelto en ssäm, una hoja de cogollo). Este bao es un imprescindible para la primera visita a Killer Sobo: jugosísimo rabo de toro, mayonesa picante y polvo de cochino envuelto en el suave panecillo casero de bao. Una delicia.
Tonkotsu Shoyu
Llegamos al plato fuerte de la casa, el ramen. El primero que probamos es el tonkotsu shoyu, con un caldo de tuétano y salsa de soja muy intenso de sabor, espeso pero no excesivamente, y que es un gustazo beber al acabar de comer los fideos caseros y de receta propia. Viene servido con cebolleta, alga nori, setas enoki, huevo y una panceta tostada que es mantequilla en la boca.
Killer khao soi
La propuesta de ramen más picante llega con este curry del norte de Tailandia, en la que los fideos de ramen se entremezclan con el curry y los ingredientes que lo acompañan (carne mechada, mostaza encurtida, cebolla frita, cebolla roja y hierbas aromáticas), y que a cada bocado es una experiencia de contrastes en el paladar, con toques picantes, crujientes, salados y aromáticos. Bastante picante, pero tampoco nos importaría que lo estuviera un poquito más.
Brownie spicy
El punto dulce lo ponemos con un brownie bien picante, con una corteza ligeramente crujiente y un interior semi-hecho que os despertará el paladar y os dejará con ganas de querer volver a por más.