Parece mentira que después de año y medio dando la tabarra con sitios para comer todavía no hubiéramos escrito un post sobre una taquería, pero hemos esperado a encontrar una que nos conquistase el estómago, y Mawey Taco Bar (C/ Olid, 6) lo ha logrado.
Mawey, nombre que nace de la mezcla de las palabras maguey (planta de la que se extrae el tequila) y güey (amigo), es una taquería de sabores tradicionales con toques de autor, y bastante nueva en la ciudad, por cierto, pues abrieron a comienzos de año. Cuenta con dos ambientes en función de lo que más os apetezca: uno con mesas altas y barra para picotear de forma más informal junto a un cóctel, y otro más resguardado e íntimo con mesas bajas, así que se adapta a todo tipo de planes.
Un recorrido por Mawey Taco Bar
La carta de Mawey Taco Bar está pensada para compartir y acompañar junto a un buen trago, alejándose del tex-mex y con los tacos como grandes protagonistas. Los hay para todos los gustos, con sabores tradicionales y otros más originales, elaborados con ingredientes y salsas mexicanas, como el huitlacoche, el queso de Oaxaca o la salsa de chile habanero, aunque también encontraréis algún que otro ingrediente español en su carta. Pero ojo, porque hay más vida después de los tacos: guacamole, aguachile, huevos rancheros, costillas y fueras de carta… y opciones para celiacos y vegetarianos. La otra gran piedra angular de Mawey es su propuesta de coctelería que hace que cualquier mexicano se sienta orgulloso de su país. ¿Y de picante cómo vamos? No os tendréis que preocupar mucho, si no os gusta muy picante solamente tendréis que decirlo, pero si realmente queréis vivir el sabor de México en vuestra boca pedid que no se anden con miramientos y solucionado (eso sí, ateneos a las consecuencias).
Rajas con tres quesos
Empezamos con un fuera de carta con queso fundido de Oaxaca, scamorza y provolone, y acompañado de jalapeño, chile poblano y totopos para dippear. Un plato sabroso, ligeramente picante y en el que es un placer ver como el queso se estira y estira con cada incursión de los totopos.
Tacos de cochinita pibil
Toda una institución entre los tacos: pierna de cerdo asada y marinada en achiote, zumo de naranja, y que además viene con X-nipec, una salsa picante originaría de la península de Yucatán. Todo esto servido sobre un taco de maíz.
Tacos de carnitas de pato
Con riquísimo mole rojo manchamanteles que pretende darle un ligero toque dulce para contrastar con el intenso sabor del pato, aunque para nuestro gusto no lo logra del todo y acaba sabiendo más al pato. Aun así os recomendamos probarlo porque sigue siendo un buen bocado.
Tacos del gobernador
Una base de tortilla azul para abrazar el queso de Oaxaca, la lombarda encurtida, el gambón a la parrilla y el polvo de kikos, que le da un toque crujiente al final de cada mordisco. Uno de nuestros favoritos.
Pinche Pincho
Brocheta de pollo zarandeado (a la brasa) con chile cascabel y piña. El pollo está bien tierno y jugoso, con un poco de picante hacia el final que contrasta con el dulce de la piña. Un plato que se disfruta perfectamente.
Tarta de lima y maracuyá
Para acabar el festín nos fuimos directos a por la tarta de lima-maracuyá y polvo de frambuesa. Un postre fresco y cítrico en el que destaca el sabor del maracuyá y que es ideal para ayudar a bajar el picante en el paladar.