Para unos el otoño empieza cuando ponen el edredón en la cama, para otros cuando lo dice El Corte Inglés, y para nosotros cuando el pumpkin spice latte llega a la carta de Hola Coffee y Misión Café. Una adictiva bebida donde el café, la calabaza y las especias se combinan para crear el sabor del otoño.
Esta bebida quizás os suene a muchos por Starbucks, al que se le otorga su creación allá por el 2003 y su llegada a España en el 2014 pero, como os podréis imaginar, a la cadena de Seattle casi que le debemos más la popularidad a nivel mundial que tiene y a la estacionalidad de su consumo que la propia invención del producto.
El origen de la bebida viene del pastel de calabaza americano, el famoso pumpkin pie y postre por excelencia en Acción de Gracias. Ya en la década de los 90 algunas cafeterías de Estados Unidos empezaron a jugar con la mezcla de ingredientes que se suele usar para elaborar este pastel (calabaza, azúcar, nuez moscada, canela, clavo…), fusionándolo con café, y en el 2003 es cuando Starbucks, buscando nuevas bebidas de temporada para el otoño-invierno, dio en la tecla adecuada para lanzarlo en Estados Unidos y exportarlo al mundo entero. El resto ya es historia. Aunque lo cierto es que a más de una persona ya se le ha ocurrido mucho antes sumergir directamente una cucharada del pastel de calabaza en el café.
Pero dejemos Starbucks a un lado y hablemos de los reyes del pumpkin spice latte en Madrid, porque en Hola Coffee (C/ Dr. Fourquet, 33) y en su hermana Misión Café (C/ de los Reyes, 5) llevan años ofreciéndonos su propia receta y que, como os podréis imaginar, está a años luz de Starbucks. Es lo que tiene usar ingredientes de gran calidad como el café tostado por Hola Coffee y una elaboración completamente casera. La receta que han creado es alto secreto (hacen bien), pero sí que os podemos decir que su sabor es muy equilibrado, con presencia tanto del café como de la calabaza y las especias sin que compitan entre ellos y, afortunadamente, sin las toneladas de azúcar que le meten en Starbucks. El punto goloso final se lo ponen con una nube ligeramente tostada con soplete y que está genial para mojar con la capa de espuma que tiene la bebida.
Definitivamente, es un placer contar en Madrid con cafeterías que apuestan por ir variando la carta cada cierto tiempo con bebidas diferentes, haciendo sus propias versiones o creando nuevos sabores.